Savina Yannatou

La canción mediterránea tiene en Savina Yannatou la voz y la creatividad más milagrosas. Esta cantante es, posiblemente, la más sobresaliente de la moderna Grecia, un país que, preso de una convulsión política y social de singulares dimensiones, ha terminado por abanderar un ideario vital del que sus artistas toman, hace años, buena nota. Se aprecian en el repertorio de Savina rastros de todas las músicas que le han influido, y a todas, de algún modo, ella proporciona una pincelada de colores propios, haciéndolas suyas sin dificultad.

Este fascinante caleidoscopio sonoro puede disfrutarse ahora a través de la presentación de Songs of Thessaloniki, disco en cuyo encarte la artista alude a diversos movimientos obreros, a la creación de una federación de trabajadores y a toda clase de corrientes migratorias en el mundo. Y todo, a través de una singladura por los cancioneros palestino, albanés, por supuesto griego, armenio también, moldavo, sefardí, italiano y provenzal, por citar tan sólo unas pocas geografías al azar.

La música como un atlas. Y, además, adornada de libertades armónicas que prestan los excelentes músicos de los que Savina se sabe rodear en el grupo Primavera en Salónico. Música muy fresca, de la que, sin poner en riesgo la calidad, se mezcla con los sofisticados modos de la vanguardia. Y, sobre ellos, el prodigioso caudal de voz de la cantante penetrando en el corazón de la creación tradicional misma, proporcionándole un lustre de modernidad y mostrándonos sus rincones más genuinos; aquellos que –vengan de donde vengan estas canciones- pueden conectar con nuestra sensibilidad.