«Vuelta-Vacío»

Vuelta-Vacío fue un impulso, el de estar juntxs, desplegado en dos momentos: una noche de baile en un sótano de Bellas Vistas en la primera apertura del confinamiento y una tarde de performances en una nave de La Latina antes justo de terminar el año. Volver del vacío sin miedo pero sin inocencia, por la pura gana de estar y brillar no más en soledad, conversar y bailar con quienes compartíamos barrio sin conocernos del todo y compartir los borradores de las piezas que quedaron sin mostrar en el año que no existió. De aquellos dos encuentros a oscuras y en secreto nos quedó el impulso de seguir abriendo juntxs el viaje de regreso y dos piezas que crecieron para llegar a ser presentadas en este tercer evento en que, pese a contar con otra escala y dimensión más públicas, querríamos igual seguir celebrando la potencia de la proximidad de los cuerpos, su alegría.

La primera de estas obras es una composición vocal de Enrico Dau Yang Wey. Construida sobre sistemas de afinación y notación fuera de la tradición occidental y nutrida por las raíces taiwanesas del artista, la canción ofrece un paisaje sonoro desde el que poder contemplar el espacio que habitamos y honrar su parte más inmaterial, aquella que contrasta con la fuerza impositiva de los monumentos. Entender que los monumentos deberían ser tan fluidos como las memorias que los sostienen, expandir y reconfigurar su materialidad hacia lo personal y lo múltiple es un ofrecimiento a reimaginar la convivencia en ese mismo espacio.

 La segunda obra, de Laura Ramírez, pertenece a Silent Rave, zona de investigación alrededor no de la fiesta en sí misma, sino del hacer de la fiesta, sus afueras. Esta pieza propone una sesión dj expandida en la que, sobre una base de música ascendente, su voz se va mezclando con textos ajenos, generando a la vez un diálogo y un espacio sonoro a través del cuerpo de la performer.

Completa la tarde Elvin Brandhi, una improvisadora lírica, productora y artista sonora de Gales. Su trabajo se construye a partir de grabaciones de campo, cintas, vinilos, instrumentos, y voz, utiliza estas herramientas como una lengua expansiva para transgredir la sistémica intrínseca y las etiquetas sintácticas heredadas en los directos. Desde 2018 se encuentra produciendo música mientras viaja, y sus producciones emergen de la especificidad de los diferentes contextos en los que trabaja con otros artistas, creando proyectos singulares que abordan una diversidad de temas. 

Las tres propuestas de viaje, aunque radicalmente diferentes en su formalización, parten de experiencias autobiográficas fuertes canalizadas a través del lenguaje, la voz, la música y el cuerpo.