Mulatu Astatke

La serie discográfica "Éthiopiques" ha descubierto gloriosas novedades entre nosotros. Sobre todo, la certeza de colocarnos frente a un vivero artístico que, como el de la escena musical etíope, está repleto de tesoros por descubrir. El saxofonista Mulatu Astatke es uno de ellos. Dispuso para él solo de un volumen, el número 4, de esta colección de discos, y su importancia se salda con la consideración que la afición le otorga como progenitor del ethio-jazz.

Mulatu, cuya popularidad en Occidente saltó cuando el semillero artístico del hip hop estadounidense empezó a utilizar sus creaciones como inspiración para las propias, iba para ingeniero, pero algo debió torcerse porque el Trinity College of Music londinense terminó titulándole en música en los años 60. Maceró su estilo en Estados Unidos, donde se convirtió en el primer africano matriculado en el Berklee College de Boston. Allí estudió vibráfono y percusiones.

Su viaje musical, además de varias décadas, atraviesa el jazz latino, la música tradicional etíope interpretada con instrumentos originales, y también el funk y el soul. Una mezcla explosiva que atrapa con poderes hechiceros a la primera escucha. El realizador cinematográfico Jim Jarmush contribuyó igualmente a su fama internacional, encargándole en 2005 la música de su película Broken flowers.